Anota Octavio Paz que en cierta ocasión el pintor francés Jean Baptiste Simeón Chardin aclaró a un discípulo que se vanagloriaba del uso del color del siguiente modo: ¿ Quién le ha dicho a usted que se pinta con los colores?. El discípulo asombrado y con los ojos desorbitados dijo entonces ¿con qué?. A lo que Chardin respondió : nosotros nos servimos de los colores pero pintamos con los sentimientos. Se pinta con el corazón. Igual acontece con el escultor peruano y cataquense Oscar Aquino Ipanaqué, que en sus esculturas nos entrega el universo imaginario del norte peruano. En sus esculturas aparecen estilizados los personajes cotidianos de su pueblo pero también su alto vuelo creativo. Aquino vive con apasionada emoción la transparente cultura de su pueblo.
Pese a su juventud las esculturas de Aquino han recorrido el mundo. Anecdóticamente una pareja de cholitos piuranos obra de sus manos son parte de la decoración del estudio del escritor Mario Vargas Llosa en Madrid y en Barcelona sus diseños han servido para desarrollar proyectos arquitectónicos en armonía con la ecología y el medio ambiente. Igual sucede con sus madres campesinas que conmovieron al doctor Daisaku Ikeda, líder mundial del movimiento Sokka Gakai en el Japón. Las procesiones de Aquino están presentes en la Universidad la Sapienza en Roma, en alguna Universidad de Guatemala o en el propio despacho del Presidente Alejandro Toledo para quien Aquino es demostración de la desbordante creatividad peruana.
A través de las esculturas de Aquino es posible asomarnos a la deslumbrante belleza de la nueva oleada de creadores peruanos. Esta visión es muy intensa y rica en formas de expresión. El maestro utiliza para sus esculturas maderas y cortezas del bosque seco norteño: algarrobos, guayacanes, zapotes y cedros cobran en su manos formas admirables. Desde santos propios de las devociones populares hasta abstracciones sinópticas de la belleza femenina o escenas del diario vivir en Catacaos su pueblo natal. Aquino transita entre la vieja tradición familiar y la modernidad de un mundo globalizado.
El maestro comparte los trabajos en el taller con la docencia a los privilegiados alumnos del centenario Colegio de San Miguel en donde niños y adolescentes aprenden las técnicas de creación y expresión de un artista popular pero realmente de dimensión universal. Oscar Aquino pertenece a una familia de artistas su padre don Félix Ipanaqué pertenece a la vieja escuela de santeros de Catacaos. Compararlo con Botero es una injustificada osadía porque Aquino tiene sus originales formas de expresión. Es peruano, piurano y cataquense cuyas maravillosas manos son capaces de expandir la belleza en los espacios en apariencia considerados naturalezas muertas. Esto indiscutiblemente se debe a su fascinación por la vida , el respeto a la naturaleza y su filiación devota a las raíces de su tradición.
La muestra que hoy se presenta es sólo un adelanto de la producción del artista para el público norteamericano es un mensaje de la tierra y el sentimiento como anotaba Octavio Paz por ello profundamente humano y genuinamente conmovedor. Por eso quienes tengan la oportunidad de recorrer la muestra descubrirán en estas esculturas expresiones múltiples del nuevo arte popular peruano. Ojalá que ponto el maestro pueda reunirse con ustedes y con el lenguaje sonoro de las palabras mostrarles las sutilezas del lenguaje creador del corazón.
Catacaos, Agosto del 2003.
(*) El texto anterior es uno de los 5 archivos enviados por el Lic. José Miguel Godos Curay, a propósito de los 30 años del maestro Oscar Aquino, por tal motivo no se ha cambiado nada para conservar la originalidad del escrito.
Pese a su juventud las esculturas de Aquino han recorrido el mundo. Anecdóticamente una pareja de cholitos piuranos obra de sus manos son parte de la decoración del estudio del escritor Mario Vargas Llosa en Madrid y en Barcelona sus diseños han servido para desarrollar proyectos arquitectónicos en armonía con la ecología y el medio ambiente. Igual sucede con sus madres campesinas que conmovieron al doctor Daisaku Ikeda, líder mundial del movimiento Sokka Gakai en el Japón. Las procesiones de Aquino están presentes en la Universidad la Sapienza en Roma, en alguna Universidad de Guatemala o en el propio despacho del Presidente Alejandro Toledo para quien Aquino es demostración de la desbordante creatividad peruana.
A través de las esculturas de Aquino es posible asomarnos a la deslumbrante belleza de la nueva oleada de creadores peruanos. Esta visión es muy intensa y rica en formas de expresión. El maestro utiliza para sus esculturas maderas y cortezas del bosque seco norteño: algarrobos, guayacanes, zapotes y cedros cobran en su manos formas admirables. Desde santos propios de las devociones populares hasta abstracciones sinópticas de la belleza femenina o escenas del diario vivir en Catacaos su pueblo natal. Aquino transita entre la vieja tradición familiar y la modernidad de un mundo globalizado.
El maestro comparte los trabajos en el taller con la docencia a los privilegiados alumnos del centenario Colegio de San Miguel en donde niños y adolescentes aprenden las técnicas de creación y expresión de un artista popular pero realmente de dimensión universal. Oscar Aquino pertenece a una familia de artistas su padre don Félix Ipanaqué pertenece a la vieja escuela de santeros de Catacaos. Compararlo con Botero es una injustificada osadía porque Aquino tiene sus originales formas de expresión. Es peruano, piurano y cataquense cuyas maravillosas manos son capaces de expandir la belleza en los espacios en apariencia considerados naturalezas muertas. Esto indiscutiblemente se debe a su fascinación por la vida , el respeto a la naturaleza y su filiación devota a las raíces de su tradición.
La muestra que hoy se presenta es sólo un adelanto de la producción del artista para el público norteamericano es un mensaje de la tierra y el sentimiento como anotaba Octavio Paz por ello profundamente humano y genuinamente conmovedor. Por eso quienes tengan la oportunidad de recorrer la muestra descubrirán en estas esculturas expresiones múltiples del nuevo arte popular peruano. Ojalá que ponto el maestro pueda reunirse con ustedes y con el lenguaje sonoro de las palabras mostrarles las sutilezas del lenguaje creador del corazón.
Catacaos, Agosto del 2003.
(*) El texto anterior es uno de los 5 archivos enviados por el Lic. José Miguel Godos Curay, a propósito de los 30 años del maestro Oscar Aquino, por tal motivo no se ha cambiado nada para conservar la originalidad del escrito.
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